jueves, 17 de julio de 2014

Aguas nevadas camino a cielos lluviosos mojados por cuerpos celestes

El tembladeral del grisáceo centelleo de una corriente, precipitándose hacia el cielo, con sus vapores de despojo, inmaterializándose, junto con las piedras que emergían del agua celestial, y recorren las masas de humo espacial, los alrededores de las inmóviles y nefastas rocas, que impregna el líquido lúcido a las mismas.
Los peces con forma de nubes estepósas se difuminan por la corriente, llegando a lo alto, ven los astros inmensos, compuestos, de colores parpadeantes y fallecidos, de fríos tenues y calientes abrazadores, con un estricto y riguroso alrededor estelar, y acallado por el gorgoteo inminente del animal del sol terrestre, rey oceánico, con castillos en el espacio y en otras galaxias... Y fuera del limite burbujeante que es el amplio e inconquistable, e inexplorado universo de colores infinitamente azulados por aguas que rodean el limite impenetrable.

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