miércoles, 23 de julio de 2014

Prólogo a los otros planetas y formas vivientes

Detengo mi descenso , para estar allí más tiempo... Junto a los vapores que desarrollan mi sentido ultimo, junto con las enormes columnas que edificaban las razas y existencias existentes.

Algo me arrastra, por un camino, trazado solo por el vacío sin iluminación... Me lleva esa potencia que esta hecha por una masa brillante... Parecía tallada en plata, y dirigía mi sentido a un sin sentido de colores voluminosos y hedores increíbles, de alto núcleo... Son estrellas interceptadas por una inteligencia extensa y paradójicamente una inteligencia que no comprende las tácticas y pensamientos de las existentes formas de vida de planetas muy distintos en cuanto a raciocinio alguno que usted conozca.

Mi Estadía en el Pueblo Aquel II

Para leer la primera parte: Mi estadía en el pueblo aquel - parte uno

Entré en aquel lugar apartado, el cual seria mi estancia y la cual era una pequeña casa en el bosque, y de echo mi habitación no era ni muy extensa y por supuesto ni tan fea. Deje mi bolso sobre la litera bien tendida, con mantas celestes y azul oscurecido. Me agradaba aquel lugar en el cual de seguro no me aburriría rápidamente durante la noche, ya que la habitación contaba con un estante lleno de libros y textos...

Me dispongo a retirarme por espacio de unas horas y regresaría al caer el sol. Me dirijo hasta una parte un poco mas habitada del pueblo, pues el aspecto de Nicolaievich (La persona que allí me hospedaba) se me hacia repentinamente muy frío y escalofriante en la soledad de los cuatro cuartos que conformaban la casa.

Aunque estaba en el bosque había un empedrado que dirigía hacia el pueblo, y no era muy larga la distancia ya que el pueblo queda a treinta minutos a caballo. Portaba en mi bolso algunas velas por si la noche me envolvía en mi regreso.