jueves, 17 de julio de 2014

El Invernal Bosque de Niflheim

Oscurecido... El inmortal cielo, se ha vuelto mas poderoso, causante de aquello eran las estrellas infinitas, que se perdían en gran cantidad a lo lejos de la bóveda celeste ennegrecida, por altas ruinas de torres, de piedra caliza... Manchado de masas vaporosas y grises, el cielo, se reflejaba, en el místico río del congelado Niflheim... También reflejado sobre los pequeños charcos, alejados... Y a la vez, tan entrelazados con aquella tenebrosa forma circular, que rondaba en las alturas, y que anunciaba la llegada de espectros de dentaduras afiladas... Obsesionados, por la sangre mortal...

 Desde el bosque, con sus arboles secos y doblados... Con enormes huecos en los mismos, y un silencio recorriendo los hedores de las caducas ramas los cuales fueron apuñalados por el sonido, y los ha dejado desangrando en la grava... El sonido, proveniente de un ser viviente, que empuña una espada... Y una profunda y senda túnica negra... Con rostro frío y blanco, como si fuese aquello su propio destino, y rodeando sus ojos que vislumbran a los guerreros celestes, que cabalgan sobre el universo, y sus labios absorbentes de la sangre Hvergelmir de la vida eterna, yace su CAOS, la NEGATIVIDAD y el ODIO, de su invernal ser Astral...

 Mientras marcaba su lento paso con sus botas de pesado cuero crudo oscurecido, derramaba luz por una vela encendida, la cual era apoyada en un tallado candelabro de plata de antaño, que sostenía la fantasmal figura entre su helada fría mano izquierda.

 Acercándose hacia una muralla de dura piedra, desvanecía la niebla y el temor ficticio a la realidad fantasiosa... Incluso a los diabólicos rostros repugnantes, que habitaban en lo alto de la muralla demacrada, y la puerta gigantesca, de madera pesada, de madera añeja, notablemente fue hecha en una edad antigua.

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