La ranura sobre la madera, dejaba ver la presencia, del suceso cósmico, causado por arte de astronomía, que maravillaba al abundante pastizal, en el se hallaba la vida tranquila, y la vida anormal, todo lo que podía llegar a verse, en la nada misma, más que la paradójica nada del cielo y del suelo, que a la vez, llena de interrogantes y misterios, difuminados entre los seres que se alimentan, de largos y brillantes rayos, penetrantes como espadas, y de las gotas, de las humildes nubes, exaltadas por quebradizas lineas celestes.
Reventaba el pensamiento de la tierra y el pasto, los magníficos, e insignificantes cuerpos celestes y planetas fríos, de razas desconocidas y planetas espectrales, que siguen siendo un incomprensible asunto, de la astronomía misteriosa.
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